martes, 2 de diciembre de 2008

Guacamole

El sábado -si, ya sé que estoy atrasado- teníamos una cita con Wilfred (builfredd), hermano menor de Rob, y su novia sudafricana Jacolene (yacolin), para ir a Zwolle a ver Madagascar 2.

La chingadera era que antes teníamos que cenar pero se nos hizo tarde; así que dejamos de lado la Lasagna para comer tacos norteños y guacamole porque encontramos aguacates en el super -como a 20 pesos cada uno-.

Pa’ encontrar las salchichas fue un do-pe porque aquí hay miles pero ninguna como las que se venden en México, total que terminamos comprando unas enlatadas que’s’que muy gringas, chale, pos no sabían mal pero no eran las mismas. Rob no estaba muy convencido de la comida pero igual y accedió.

La primera en llegar fue Jacolene con quien tuve una agradable conversación en el sentido “migrante / migrante / agregado cultural de la familia Brink”, luego llegó Wilfred, cada quien de su chamba y en su bicicleta.

El asunto es que cuando vieron el guacamole no le pusieron buena cara, les insistí en probarlo y apenas le metieron la puntita, de la tortilla. Pasamos a los tacos norteños, que en USA se llaman “Burritos” y que es un vil taco de salchichas con tortillas de harina pero tiene su encanto.

El intento funcionó, quedaron encantados, ya entrados en confianzas les platiqué que la mera neta del planeta es que detesto la comida del lugar y prefiero no comer a tener que meterme siquiera un pinche yogurt en la panza, porque hasta eso sabe, mmmm, diferente.

Pues nada, que me pusieron una regañadota, me dijeron mi precio y lo que valgo y que sería mejor que me esforzara más en apreciar la comida, ¿¡pero cómo!?, una cosa es que sepa “diferente” y otra que sepa fea, y en este caso es la segunda.

Inevitablemente la conversación se trasladó entre el futbol de México, muy a la alza en Europa, y el Mundial de Fútbol en Sudáfrica;Jacolene piensa que sería una lástima que el Mundial se haga en Australia, aunque lo más seguro es que así sea, porque el país africano ha invertido mucho dinero en eso.

Por otro lado reconoce que “la olla no está para hacer tamales” pues la situación política social no es la adecuada, al menos ahora y esto gracias al actual presidente de aquel lugar, Kgalema Motlanthe, quien a pesar de ser un antiguo activista de la política antirracista, mano derecha de Nelson Mandela, ahora es un político populista y corrupto que permite toda clase de abuso por dinero, además vive sumido en la completa ignorancia.

Cuenta Jacolene que un día el “Preciso” fue cuestionado acerca del tráfico de niñas para el comercio sexual a lo que mandatario respondió que después de tener sexo con ellas lo mejor sería lavarse bien el pene para que no les peguen el SIDA, por otro lado Wilfred contó que la gente de color odia a la gente blanca y que la violencia racial está al día y es más que tolerada por la sociedad, así que teme que el gobierno no pueda controlar la seguridad de los turistas blancos.

Después de algunas chelitas nos fuimos a Zwolle ­en el carro de Rob que iba haciendo ruiditos extraños y oliendo mal, yo pensaba que eran estos orangutanes, porque eso sí, muy guapos, muy sofisticados, muy leídos y muy viajados ¡pero como tienen gases los cabrones!, y no es de mala educación expulsarlos por donde salgan.

Para ser honestos después de la belleza de Utrecht nada me sabe igual, llegamos a un cine de 9 euros la entrada, así es casi 150 pesos; y la película no está nada mal, sólo que por poco me da una embolia al ver el tamaño de la pantalla y eso que no me esperaba que a mitad de la función le pusieran intermedio.

Justo ahí Jacolene recibió una noticia fúnebre, y a pesar de que insistimos, ella prefirió terminar de ver la película. Ahí me enteré que los funerales duran más de 5 días, que espanto.
Al salir enfrentamos un frío atroz, y el coche ya no quiso arrancar, esperamos horas a que llegará una grúa a rescatarnos en la noche helada, llegamos a la casa sólo para encontrarnos con que la bicicleta de Wilfred había desaparecido, no na'mas en México abundan las ratas.

Entonces fui instruido en uno de los dichos más famosos en Holanda, pues por estas tierras tienen entendido que las malas noticias siempre llegan de 3 en 3. Lo único bueno de todo esto es que después de todo le entraron con ganas al guacamole.

3 comentarios:

rics320 dijo...

q onda sucio René gustazo leerte hasta suenas = como hablas estamos en contacto atte. Franko

Orazio Barmez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Celeste Laviani dijo...

Ay, caray.
Cuánta tela de dónde cortar sale de un pinche guacamole. Que allá no ha de saber muy pinche.
Renecito, yo le aconsejo que haga un "esfuercito" por comer lo que allá le ofrecen, ponte en el lugar de Rob, él hizo lo mismo aquí.
¡En fin! Échele huevos (y salchicha gringa).
¡Le quiero!
¡Lula también!